miércoles, 25 de noviembre de 2015

Capítulo 6 (Tiffany)

Siento haceros esperar, aquí está el siguiente. :)

Capítulo 6

Narra Tiffany

Llegó el fin de semana, y yo cada vez estaba más nerviosa, Simon vino a mi casa, por culpa del chivatazo de Iry de que me pasaba algo. Vino el domingo, y bajamos a la bodega de la casa para hablar más tranquilamente, ya que mis padres no le dejaban que entrara en mi cuarto. No sé qué se imaginaban que íbamos a hacer…

– Tiff, ¿Qué te pasa? Últimamente estas muy callada – dijo mientras me acariciaba el pelo.

– No me pasa nada, tranquilo – dije e intenté callarle con un beso.

– No me lo creo, primero me llamas “cariño” – sonreí al acordarme de eso – luego le mandas esas miradas a Samantha y después casi ni hablas. No seré el más listo del mundo pero sé que te pasa algo. – dedujo él

Sonreí ante la lógica aplastante de mi chico. Tenía razón, lo reconozco delante de las chicas, pero me cuesta mucho reconocerlo delante de él, mi novio.

– Solo espero que no entre – le dije

– Yo también lo espero, no me gusta eso de tener una acosadora.

Ambos reímos ante su fantástica descripción de Samantha. 
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El lunes llegó y estaba nerviosa, ya que si Samantha participaba, y la dejaban entrar, estaríamos juntas demasiado tiempo.
En el cambio de clase, las animadoras nos juntamos y Samantha se acercó para decirnos que igual sí que se apuntaba, todas se alegraron mucho excepto yo. Le mandé una mirada asesina, para que se enterase de donde se estaba metiendo.

Las clases pasaron rápido, incluso los profesores anunciaban las pruebas, así que no perdimos mucho tiempo. Cuando estas terminaron las animadoras fuimos juntas a comer. Primero leyeron las participantes y Samantha no estaba, eso me animó mucho pero al parecer las demás le echaron de menos, pensamos las acrobacias que tendrían que hacer y la entrenadora nos animó a ser imparciales.

Por fin llegó la hora de la prueba, me sentaba en la mesa del jurado con Clarissa, ya que era la co-capitana, la entrenadora y Simon, que no juzgaba pero que si que había venido para animar. Primero me presenté a las aspirantes muy animada y dí un pequeño discurso:

–¡Hola chicas! Me llamo Tiffany Bennet y estas son Clarissa, co-capitana y Nicole, la entrenadora – Según hablaba las fui señalando y todas aplaudieron – Hoy analizaremos si tenéis madera de animadora con unas sencillas pruebas: Baile libre, animación y acrobacias – La mayoría se alegraron pero otras torcieron un poco la cara, supongo que por miedo o inseguridad. – Ahora podéis ir pasando. ¡Suerte! – Terminé y regresé a mi sitio.

Las chicas aplaudieron y gritaron. Varias chicas se acercaron y empezaron sus pruebas, algunas eran patéticas, no obstante, otras tenían mucho que ofrecernos.

Estaba apuntando la calificación de una tal Jennifer cuando la entrenadora comenzó con la siguiente chica

– Nombre y Apellidos
– Samantha Baizen 


¡¿Cómo que Samantha Baizen?! Samantha no estaba apuntada, no puede participar, pero Nicole le dio paso a su prueba. Yo estaba muy enfadada, eso no puede tolerarse.

Hizo su prueba y la verdad que lo hizo muy bien, pero yo no iba a dar mi brazo a torcer.

Por fin acabó su prueba y Regina se levantó de las gradas para ir a darle un abrazo, no sé lo que le estaba diciendo pero la entrenadora también se levantó, yo estaba muy tensa y Simon lo notaba.

– Tranquila, no te preocupes, todo saldrá bien – dijo mientras me tocaba la rodilla.

– Eso espero. – lo miré unos instantes y luego volví la vista a las chicas que parecían seguir en su empeño de invitar a Samantha al grupo.

Nicole volvió con Samantha al rato, iban al vestuario, con el metro. ¡Oh, no! ¡Le iba a hacer el uniforme! ¡¿Qué pasa?!, ¿qué, no votamos? ¿o qué?

Al rato salió y me dedicó una mirada de superioridad. Nicole se sentó a mi lado bastante contenta. Creo que le alegraba haber encontrado una animadora tan talentosa como Samantha. A mi también me habría agradado, de ser otra persona.

– Tenemos que hablar – le dije muy enfadada

– Espera que acaben las pruebas– me contestó.

Las pruebas pasaron despacio, mi enfado aumentaba y casi no podía estar atenta a las pruebas de las demás participantes. Después de siete chicas, por fin estas acabaron y las juezas, y Simon, nos quedamos para elegir a las animadoras nuevas.
– Por ahora, solo tenemos segura a Samantha Baizen – declaró Clarissa

– ¿Y por qué la habéis metido?, ¡ni siquiera lo hemos consultado! – Protesté.

– Tiffany, ¿la has visto?, ¡es justo lo que necesitamos! – Se justificó Clarissa.

– ¡No! No es a esa a la que necesitamos – Insistí recalcando el esa con desprecio.

– Tranquila, Tiff – me pidió Simon, no quería que hiciera una escena y yo tampoco, pero seguía sintiéndome traicionada.

– Está bien, no te enfades, votaremos – intentó calmar Nicole – ¿Quién quiere que Samantha sea animadora?

Clarissa y Nicole levantaron las manos.

– Dos de tres, Samantha está dentro. – Concluyó

Tendría que afrontarlo. Samantha estaba dentro.

Salí aún refunfuñando del gimnasio, hoy Simon me había traído porque yo había dejado el coche en casa.

– ¿Decepcionada? – Me preguntó cuándo arrancó

– Más bien, enfadada. – Contesté

– Pero Tiff, tienes que reconocer que lo hizo muy bien.

Lo miré con cara de reproche ¿Qué pasa que ahora nadie me entendía, o qué?

– Tienes razón, lo hizo muy bien. Pero me sabe muy malo que la eligieran sin consultarme. – Reconocí procurando calmarme y pensar con frialdad.

– No te quejes, a mí no me consultasteis nada – Me dijo riéndose

– Es que tú no eres del equipo. – Argumenté

– Ya lo sé, ni siquiera sé lo que hacía allí – Me contestó.

– Pues…eres un chico – dije simplemente.


– Muy bien, doña obvia – Respondió

– Muy gracioso. – Comenté. – Pero no me has dejado terminar… quería decir que eres un chico, del cual necesitamos un aporte. –

– ¿Así que queréis que os diga las que eran guapas y las que no? – Dedujo.

– Que listo que es mi chico – Dije revolviéndole el pelo, él se rió e intentó colocarlo de nuevo.

– Eso se llama abuso – dijo torciendo la cara.

– Sí, sí, sí que graciosillo. – Le dije, y nos reímos.


Cuando llegamos a mi casa, le dí un beso.

– Adiós “cariño” –Me dijo como despedida.

No pude evitar sonreír. Entré en casa y mis padres no estaban, por lo visto se habían ido.

No había nadie en casa, no tenía ganas de subir a mi cuarto así que me tumbé en el sofá y empecé a recapacitar sobre todo lo que había pasado hoy. Las miradas asesinas, las miradas furtivas, los guiños y todo lo demás,…

Mi cabeza daba vueltas, me tumbé un poco más, estirando las piernas todo lo que el sofá daba de sí.

Y me dormí.

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